Sonríe, sonríe no importe que. Sonríele a la vida y deja que ella te devuelva la sonrisa. No dejes que la tristeza te domine. Lucha esta guerra, esta guerra privada, y bátela con todo tu arsenal. Nunca te faltaran aliados, y cuando tu espada atraviese el cuerpo de la infelicidad te sentirás vacío por unos instantes, anonado, parado. No temas, después de tanto tiempo es normal, pero si sonríes, serás capaz de todo.
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