miércoles, 12 de septiembre de 2012
La niña de agua
Esa niña de agua se enamoró de un chico sol, que la evaporaba si podía hasta secarle el corazón.
Pero cuentan las noticias que no la quería evaporar, sólo quería ayudarla de su mar verla naufragar.
Hasta que un día se secó tanto que descubrieron juntos unos ojos de un profundo cielo gris. En los que si te fijabas una nube podías ver surgir.
Y ahora que ella ya lo veía con los ojos sin mojar, descubrió con asombro que mentían. Que historia tan fugaz.
Ese pozo lleno de agua empezó a reflejar que ese sol que ella quería no era tan grande como había podido imaginar.
Que gran error fue acercarse el uno al otro, porqué cuanto más se cuidaban más daño se hacían y al final él la secó y le paró el corazón lleno de vida.
Aunque él no quería, lo hizo por amor. Menudo error.
Y la seca niñita ya no podía ni llorar, se apartó de su sol y pudo comprobar que el amor que ella sentía no fue más que una ilusión que se reflejaba de día y que ya no lo hará más.
jueves, 23 de agosto de 2012
No cierres los ojos
"Me duelen las piernas de quererte tanto." Decías mientras me cogías de las manos y me arrastrabas a tu cama. Apoyabas la cabeza en mi pecho y dibujabas eternas caricias por mi cuerpo con la punta de tus dedos. Los poros de mi piel empiezan a contraerse y un rayo helado recorre mi cuerpo, nadie como tú para conseguirlo así. Sonríes cansada, me abrazas, me miras, me besas e intentas dormirte enredada entre mis pensamientos. Pero no quiero que cierres los ojos, no quiero perder este contacto que me dice que estarás conmigo hasta el final. Hasta que la muerte nos separe. Hasta la muerte de nuestro amor y de nuestra pasión. Y aun así te rindes bajo los efectos del cansancio y los cierras. Te miro y me pregunto si algún día también te cansarás de mí y me cerraras los parpados para siempre.
Llámalo rojo.
Me voy a pintar los labios de color rojo y se van a fijar en ti, y antes de que el carmín se derrita en mis labios quiero teñir los tuyos una noche más y decirte al oído que no me volverás a ver, que me perderé entre mis pensamientos buscando el hilo que me llevará al final del laberinto. Aunque si alguna vez vuelves a saber de mi verás que no he vuelto a usar el rojo sobre mis labios por temor a recordarte y no ser capaz de volvérmelo a quitar.
lunes, 9 de enero de 2012
Una tarde cualquiera
Tiempo perdido entre tus caricias y tus besos. Tiempo querido, tiempo amado, tiempo soñado.
Tiempo que cuando lo recuerdes sabrá a amargo y a rincones nebulosos en los que perderse. Donde los deseos estaban a la orden del día y los miedos se traducian en susurros entre nuestra piel.
Una sonrisa, dos sonrisas, tres mordiscos arañando mi alma desgarrada de dolor entre tanto amor de plastilina.